viernes, 30 de enero de 2009

La crisis… Del cine…

¿A alguien le suena de algo? Por que a mí, en estos tiempos catastróficos y catastrofistas, el otro día, un amigo me recordó la sempiterna crisis del cine (y digo sempiterna, por que desde que tengo uso de razón el cine ha estado en crisis) Vamos que la conversación no fue más allá de las tres frases típicas y tópicas “ya no se hacen películas como las de antes”, “todas son una mierda” “cada día hay menos cine”…

Bueno, la verdad es que esto podría llegar a tomármelo en serio, si no fuera por que voy mucho al cine incluso sin tener muy claro que película voy a ver (otros van a misa sin saber que va a decir el cura, que pasa) y la verdad, tanto como crisis… No hombre no, crisis la tuvimos en los ochenta y principios de los noventa, cuando una pléyade de actores sin talento interpretativo tales como Chirchinager (me niego a aprender como se escribe el nombre de este tío) o Estallone, se habían convertido en los actores más taquilleros de la época. Pero claro, el físico dura lo que dura. El de Pacino o Deniro da igual, el d estos elementos no.

Teniendo esto en cuenta, me dio por tratar de recordar cuales habían sido las críticas que habían tenido películas que a día de hoy la peña considera míticas, tales como la saga de “La Guerra de las Galaxias”, “Indiana Jones”, etc, etc, etc… Y ¡Oh sorpresa! Los gurús cinéfilos de la época, las trataban de bazofia consumista basada más en efectos especiales que en el talento dramático de los actores (conste en acta lo de dramático, ya que, de todos es sabido, en toda la historia del cine no ha habido una comedia desternillante digna de algún oscar o similar) Curiosamente ahora, todos aquellos que le hicimos una pedorreta cósmica a los críticos y consideramos a esas películas parte imprescindible de la historia del cine, nos ponemos en plan snob y rechazamos por sistema cualquier tipo de película similar que aparezca en cartelera.

Nos da igual que Peter Jackson haya hecho una adaptación mítica de “El Señor de los Anillos”, que Hug Jackman haya rescatado al aventurero capaz de hacerlas suspirar a ellas y divertirse a ellos. Que “300” arrasara en las salas, que Angelina Jolie haya demostrado de sobras que es una auténtica superestrella del cine de todos los tiempos, o que Eastwood convierta en oro todo lo que dirige. Aquí lo que viste, es tildar de mierda todo lo que se menee, incluso sin haberlo visto. Ese es el rasgo característico de todo entendido en cine de la época que sea (cosa que demuestra que el gilipollismo es lo suficientemente grande, como para ser atemporal)

A día de hoy, parece que se nos olvida que las opiniones “respetables”, dejarían de serlo si, automáticamente, cada éxito de taquilla fuera un éxito de crítica y se van al otro extremo, supongo que con el gran razonamiento lógico de “si yo no me dejo llevar por los demás, mi opinión, por cojones, a de ser distinta a la de los demás. Con la evidente excepción de cuando yo diga que algo es malo, entonces es que he sido yo el que ha marcado el camino al resto. Que yo la vi primero”.

Esto, como de costumbre, no hace ningún bien a nadie, salvo al crítico de turno, al que se le acaba pagando un pastón de tres pares de pelotas por hacer una buena crítica de una castaña pilonga de película en la que la productora se ha dejado el pastón del siglo y, cuando la ha visto, se ha dado cuenta de que eso no lo verá nadie en su sano juicio, salvo que un gran gurú sea capaz de decirte que es el summun del arte y que la culpa de que no te guste es tuya por ser un inculto (supongo que con esto de la crisis, hay poca pasta para untar a estos elementos), y la verdad o tienes mucha personalidad o acabas pidiendo perdón porque te gusten cosas como Constantine, que no será la rehostia en verso para la crítica, pero en una noche a agosto, con una prójima al lado, te lo pasas de lujo viendo la lucha del exorcista y satanás.

Por eso, ahora mismo, yo digo que ojalá llegue el día en que mandemos a los catastrofistas a la mierda, nos plantemos en el cine, vayamos a que nos guste la película y lo podamos contar sin complejos. Que en este jodio tiempo de crisis, seguro que en el cine, encontramos algo que nos guste a nosotros, por poco que sea.

martes, 27 de enero de 2009

Y dio la cara…

Y por poco se la parten… Peeeeeeeeero, hay que reconocer que el presi tiene habilidad dialéctica y reflejos mentales para aburrir al personal. Ha sabido responder lo respondible, o sea, todos sabemos que las vamos a pasar putísimas este año, y el que viene, dicen los expertos que dejarán de caer chuzos de punta… Siempre, claro está, que no aparezca otro banco hiperimportante pasándolas canutas por vete tú a saber que lío le hayan montado… Que esa es otra… Pero bueno, todo tiene un fondo, y las crisis también (aunque este fondo está profundo de cojones…) Y lo no respondible… Pues eso… al menos ha tenido la decorosidad de no contarnos una de marcianos (que lo de “al andalus” fue una superproducción tan solo comparable a 2.001)

La verdad es que el discurso era bueno, pero a mí, lo único que realmente me acojona de esto, es que no veo al personal con ganas de hacerlo. Seamos realistas, estamos en un mundo donde es más importante salvar el culo propio, que salvar el propio junto al ajeno y por ahí ya vamos mal. El otro punto negro de la crisis, es el de ver si en realidad podemos permitirnos este nivel de vida que habíamos querido alcanzar… Yo creo que sí, pero con una condición. Reducir el margen de beneficios de un 300% o más a un 200% (que no es poco, ¿no?)

Para más inri, nuestros adorados y nunca bien ponderados políticos opositores, como de costumbre, están más preocupados de sacar tajada del lío en las encuestas que de tranquilizar un poco al personal (y mi amigo Pedro Jei fijo que no tiene nada que ver con esto…) Por que manda uebos que en una crisis que todos llaman “de confianza”, vaya uno y se ponga catastrofista… Peeeeeeeeeeeero lo normal de una oposición es joder, hasta cuando no toca (vamos que cuando toca ser anormal, va la peña y se vuelve normal… esto es la hostia, que viiiiiiiiivaaaaaaaaaaaaa Españaaaaaaaaaaaaaaaa)

En fin, que volviendo al famoso programa de televisión, me quedo con una frase de ZP “yo no mentí” y saben que… que creo que lleva razón. La verdad es que nadie pensaba que venía esta jodienda internacional y el manejó los datos del FMI y demás panda de organismos internacionales que no tengo ni puta idea de para qué sirven, si a la hora de la verdad no supieron predecir semejante hostiazo cósmico a nivel mundial. Que vamos… Aquí se tiene que ir callando hasta el tato… porque el culo al aire lo tiene todo Dios, y probablemente, el gran fallo de todo esto haya sido creerse a esta panda de… de… de… Mejor me callo… Que saben predecir como va a ir la economía de cada país, pero no tiene ni puta idea de cuando se van a joder todas a la vez… (¿a que jode esto de la globalización?)

En fin… Recemos para que este tío, capaz de tranquilizar y convencer a los mismísimos jinetes del Apocalipsis de que se paren a tomar un café y hablen con calma antes de arrasar nada, esté en lo cierto y recuerden queridos lectores “consuman, consuman, ahora que todavía se puede”

viernes, 23 de enero de 2009

Una de espías…

¿Quién no ha sentido alguna vez fascinación por el mundo del espionaje? James Bond aparte (personaje muy carismático, pero muy poco creíble) la historia nos ha dejado espías míticos como Mata Hari, D’eon de Baumont (a modo de curiosidad, de este en concreto, hasta que la palmó, no hubo huevos a saber si era hombre o mujer) y un largo etcétera de espías anónimos (usease, los reales) que han entregado al “enemigo” los secretos mejor guardados de cualquier tipo de gobierno, empresa o equipo de fórmula uno (claro indicativo de que ahí se mueve pasta de cojones)

Se podría discutir mucho acerca de si, precisamente por estas cosas del espionaje, sería mejor para todos que los “secretos de estado” estuvieran siempre en manos de mujeres (no es por ser feminista, pero hay demasiados hombres que piensan con el pijo, y contar algo a cambio del revolcón del siglo, es una tentación muy comprensible entre nosotros) pero ahora mismo no creo conveniente entrar en esa polémica. Me ha gustado más lo que ha salido a la luz estos días en la comunidad de Madrid, no tanto por el espectáculo vergonzoso que se está dando, como por lo que estoy alucinando con mis capacidades “adivinatorias”, me explico:

Hace unos meses, antes de que los españolitos acudiéramos a las urnas, un amigo y yo charlábamos sobre lo que supondría una victoria socialista. Nos echamos unas risas vaticinando que la cúpula del PP, tan cohesionada como quería hacer ver, no tardaría mucho en tirarse de los pelos buscando su sitio preferente en la poltrona (en su defecto que su “amigo” del alma, ocupase la famosa poltrona —usease, el que deje enchufar más gente en donde toque y, por qué no, pegar algún pelotazo económico importante—) Pero la verdad, tengo que admitir que ni en nuestros chasacarrillos más crueles sobre la derecha española en general y Esperanza Aguirre en particular, llegamos a imaginar lo que parece ser que ha acabado pasando… Y es que, parafraseando a Trillo “manda uebos esto”.

Una vez uno para de reírse (joder… si espías al aliado, mejor no pensar que le harás al enemigo) le da por ponerse a pensar sobre las consecuencias de esto… y la verdad, lo siento por Pedro Jei pero, caso de que esto se confirme, le acaban de comer a su dama de ajedrez. O sea… En un país normal, cuando esto sale a la luz, el político de turno e averguenza, se disculpa y se pira de la vida política, mayormente porque no se pueden emplear fondos públicos para financiar intereses personales (señores madrileños, se empieza por aquí y se acaba pagando las facturas de las putas del presi de turno, no lo olviden para por si luego se quieren quejar de algo) si no porque esto es violar los derechos fundamentales de una persona (que yo puedo entender que lo haga el estado en según qué casos, o un prójimo cuando quiere saber si le pueden colgar chaquetas en la cabeza o si su hijo va los findes harto de farlopa) Pero ¿para medrar políticamente? No oigan, que suena ya a cachondeo. Eso sí, pase lo que pase, antes muerta que dimitida (pero vamos, que eso no es patrimonio de Esperanza… En este país o te dimiten o te echan, pero tú, así por las buenas, no te piras de ningún lado)

En fin que, morbosamente, tengo ganas de descubrir el siguiente capítulo del culebrón PP, mayormente por que me encanta ver hasta dónde son capaces de llegar para alcanzar su parcelita de poder (mira que pelearse por una parcela ahora que estalló por fin la burbuja… ains menos mal que tienen mucha vista económica en ese partido)

sábado, 17 de enero de 2009

Las vueltas que da la vida.

España, tres de enero del año dos mil nueve. En plena crisis desastrosa que amenaza con derribar gobiernos, matarnos de hambre y ya perdí la cuenta de cuantas barbaridades más llevo escuchadas y leídas (sólo me falta escuchar “arrepentíos pecadores” y ya es cuando saco la escopeta), tuve la osadía de plantarme en unos hipermercado a comprar los regalos de reyes para mis sobrinos. Mi sorpresa fue mayúscula cuando llegué a la sección de videojuegos; primero por ver que estos sinvergüenzas no bajan los precios por mucha crisis que haya (faltaría más, la pela es la pela) y segundo porque estaba sonando de fondo una canción de AC DC (el higway to hell si mal no recuerdo) en ese momento, no sé por qué, pensé que al responsable de aquella banda sonora le quedaban dos verbos de contrato (no por la duración de éste, que también le hace a uno más valiente a la hora de hacer según que cosas, si no por la reacción del jefe). Pero entonces me di cuenta de que el culpable de aquella banda sonora no era un jefe de sección, si no una chavala de unos doce años que, totalmente embelesada, guitarra de plástico y botones en mano, daba caña al famoso guitar hero. Tras escuchar la canción (a nadie le amarga un dulce) di media vuelta con una sonrisa cómplice en los labios y seguí a lo mío. Pero se ve que aquella chica tenía ganas de, a su manera, hacerme un guiño de estos que se le atribuyen la destino. Justo cuando me iba, vi un tesorillo de estos que uno piensa que ya poca gente va a apreciar. ¿A alguien le suena el título “Otra noche sin dormir”? Pues para el que no lo sepa, esa es la gira que este año han hecho tres viejas glorias de lo que sería el guitar hero a la española, Rosendo, Barricada y Aurora Beltrán. Aunque parezca una tontería, la imagen de aquella chavala con peinado rockero, chaqueta vaquera y labio inferior mordido mientras emulaba al “viejo” Angus, me viene a la cabeza y digo “que cojones, esto me lo regalo yo”.

En la vuelta a casa, me pongo ese magnífico disco que trae el pack y no paro de pensar que, salvo en los últimos reductos de resistencia rockera, ya no se hace música como esa, que es una pena y que nos hemos vuelto de plástico.

Con el cd puesto en el coche, llego a casa, enciendo la tele y el dvd, introduzco en él la primera parte del concierto… Y flipo, flipo de verdad. Ya no es que esperase ver las ventas a media entrada y resulte que estaba a reventar de peña (supongo que si se iba a grabar el concierto, alguna pifia habrá hecho la productora/distribuidora para que aquello este hasta las trancas de personal) si no que cuando se muestra al público, además de calvas con solera y canas flanqueando entradas incipientes, cosa con la que ya contaba (uno sabe como tiene de despoblada la azotea) me encuentro con frondosas cabelleras de jovenzuelos que aún no habían nacido cuando cualquiera de las canciones que esta panda de filósofos de barrio, litrona y canuto, compusieron en sus años mozos, reventaban las listas de ventas y comenzaban a llenar conciertos por toda España. Empecé a mal pensar, “esto es marketing” me dije, pero no… No podía serlo, se sabían cada estrofa, cada canción, cada acorde, los gritos subían cuando los punteos de Rosendo llenaban la noche de rock; aunque, para ser imparcial, bien es cierto que sus dedos ya no vuelan como antes, también lo es que daba igual. Me pareció impresionante ver como un escenario carente de la pechuga fresca de las triunfitas y los cuerpos danone de “fama a bailar” (o como ser gogó y llenarle los bolsillo a alguien que no da golpe) consiguiera tal conexión con el público, más contando con que esa pechuga fresca se había visto sustituida por un bucanero feo y transgresor apodado el drogas, la ropa de moda por las camisetas de todo a cien y los vaqueros desgastados, las coreografías espectaculares por botes de borrachera salvaje. En definitiva, no había plástico en ese escenario, había viejos rockeros, de esos que nunca mueren (frase que algunos se tomaban a cachondeo) y estaban consiguiendo que la gente se lo pasara en grande, con una apoteosis final digna de maestros del directo.

Una vez asimilé que el rock no sólo no está muerto, sino que vamos a por la cuarta generación que se cría a golpe de guitarra electrica, no pude evitar darme cuenta de que la vida ya no es que dé muchas vueltas, es que es una hija de puta que consigue que consideres al plástico tu mayor enemigo, mientas con el tiempo, una guitarra hecha de él y sin cuerdas, hace que los chavales se den cuenta de que les encanta esta locura. Ojalá esa muchacha que me hizo sonreír aprenda a puntear como una rockera salvaje, que yo, de momento, ya digo que me compraré su primer disco. Después de esta inyección de moral en plena crisis, habrá que devolverle el favor, lo mismo que el plástico nos ha devuelto a nosotros lo que nos debía, nuestras noches sin dormir.