jueves, 16 de abril de 2009

Musas

Supongo que la mayoría ni las conoce. Normal, ellas siempre están al lado de los cuatro zumbados a los que les da por ser músicos, escritores, cineastas… Artistas en general vamos (que se les conozca o no es otro cantar). El problema viene cuando tu musa vuela, se va, desaparece. En definitiva, se da cuenta de que eres un pringao que ya expresó todo lo que tenía que expresar y lo que te queda dentro del coco es poco menos que basura. Ese día, como es normal, ella vuela lejos y rápido buscando otra mente con la que conectar mientras tú te quedas sentado delante del folio/Word con cara de bobo sin saber que pasó.

Pasa el tiempo y ya vas dándote cuenta de qué pasó. Te olvidaste de ella, te dedicaste tanto a cuidar las formas, que perdiste el fondo. Eso, a una musa, pues no le agrada. Poniéndome poético, a una mujer no le gusta que le hagas el amor con una técnica hiperdepurada, le gusta que se lo hagas como te sale de las tripas. Ay pobre de ti cuando pierdes la percepción del lenguaje corporal…

Pero… ¿Qué pasa cuando la musa vuelve? Por momentos te sientes lleno de ideas, te vuelve la sonrisa al estar delante del folio. Te bullen las ideas… Hasta te das cuenta de que es otra musa, de que no ha vuelto nada, de que has encontrado algo nuevo, distinto, apasionante. Tal vez, porque tanto perfeccionar la técnica te vino bien y eso sirvió para que ahora, algo haya cambiado dentro de ti. Algo que atrajo a esta otra.

El problema, que tal vez, y sólo tal vez, el abandono de la anterior te haga ser impaciente y, por ende, quieras exprimirlo todo demasiado deprisa, o demasiado apasionadamente. La ventaja, ya sabes darle distancia a esa musa, sabes cuando retirarte a los cuarteles de invierno y dejarla reposar para que, con un poco de paciencia, todo vuelva a suceder.

Ahora a aprovecharla… Que estuve demasiado tiempo a base de bosquejos, de amagos, de deshechos. He vuelto al camino pequeña bruja, que vuele el teclado, que las ideas no solo nazcan y mueran en el mismo día, que sean libres diga lo que diga la técnica. Nunca creí en ella, por mucho que quisiera convencerme de que sí, ahora ya lo sé, creo en ti pequeña, tan sólo en ti.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, no te pases, que muchas buenas ideas sin técnica también son un MCA (mojón, cuarta acepción RAE, by Alimañas Cósmicas XD)

Carlos dijo...

EStais de pelotas... Y lo que quieras, pero el plastico no es lo mio :p

Anónimo dijo...

Cagondiole, tienes que publicar esto cuando no me viene una mierda para escribir, solo información de conciertillos y algún disco.

Es jodidísimo querer escribir y no saber qué poner, querer dar forma a algo que no está, la impotencia que causa el querer y el no poder.

Te tengo desaparecido condenao, ya te pillaré algún día por MSN. Supongo que todo irá bien. Un abrazo Carlos.

Templar dijo...

Creo en un equilibrio de las formas y la inspiración. Si se rompe, comienzan los problemas como tú mismo has citado :P