miércoles, 1 de julio de 2009

La madera del Loco

Hace unos días que, no sé porqué cojones, estoy rescatando del olvido a uno de los personajes más comprometidos con la cultura que hay en éste bendito país de los cojones. Loquillo, o como se le va conociendo ya, “loco” (de jovenzuelo ya no le queda nada, y mejor así).

Es curioso pero, en estos tiempos inciertos en que no sabemos a dónde vamos ni de dónde venimos, ahora que los hippies de las narices resurgen de la nada. Me han entrao ganas de reivindicar a un tío como éste que, desde su inmensa chulería, su sinceridad más descarnada y el sentimentalismo más profundo, me parece uno de los pocos tíos auténticos que quedan en nuestro panorama cultural.

Digo cultural, porqué el loco, no sólo hace música. Este elemento, cuando se “aburre” produce cine y nuevos grupos. En la época en la que los suecos enarbolan la bandera pirata, como si fuera una lucha desigual de justos contra gigantes. Este tío ya se ha dado de leches con toda la industria discográfica habida y por haber, ha tenido los santos cojones de, siendo catalán, denunciar el puterío cultural que hay allí. Se ha plantado ante todo dios y claro, eso tiene un precio. Se le corta el grifo promocional y fuera el loco, lo que no se escucha no se ha grabado, y lo que no se ha grabado, mal que alguno diga lo contrario, no se busca ni en inet. Pero ni por esas, ahí está el loco, sus conciertos, su banda y su carisma.

No es por nada, pero cuanto más lo veo, más me convenzo de que la madera es superior al plástico. De que este chulo ha entendido mejor a su generación que nadie, tal vez porqué estuvo más preocupado de ser él mismo, que de ser “un grande” que toma el camino cómodo y se deja llevar por la fama mientras pierde el contacto ya no sólo con la realidad, sino con todo aquello que debería apasionarles; como la música (si viven de ella será por algo ¿no?). Echando un vistazo atrás, desde su “ritmo del garaje” hasta su “sol”, pasando por “cruzando el paraíso” uno parece estar viendo la banda sonora de su vida. Pero la auténtica, no la que se vende por la tele.

A ver cuando las “nuevas generaciones” se convierten en viejas glorias, si es que llega el día, que yo no lo creo; demasiada falta de pasión, demasiado apego a la fama, demasiado políticamente correctos. En definitiva, demasiado plástico para un mundo que necesita madera. Loco, gracias por tu música que, al son de lo tonto, siempre está ahí para los grandes momentos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sólo diré una cosa

Yo para ser feliz quiero un camión!! xD

Venga, vale, dos. Me encanta. Y eso que no le tenía pillao el punto, pero me has convencido, me encanchifla.

Templar dijo...

"Igualito" que Ramoncín xD

El tiempo marca a las personas con ideales, y a los que le importa agarrarse a los billetes verdes nada más.

Anónimo dijo...

Lástima no haber tenido pelas para ir al concierto en Barakaldo. A ver cuándo repite en Donosti, que se le echa de menos.